Tras dos semanas de búsqueda, hoy conocemos el peor final para Gissella Solís. Una familia consternada, un femicidio más, que se suma a la larga lista que debemos padecer y lamentar. No podemos acostumbrarnos a naturalizar estas muertes, no queremos hacerlo. Un femicidio cada 28 horas desde los inicios de este 2019. Alarmante, preocupante, una pesadilla atroz de la que no desearíamos seguir hablando. ¿En qué fallamos como sociedad? Es imperiosa la pregunta. Y es momento, urgente, de encontrar respuestas. Y empezar, de una vez por todas, a exigir seriamente que los mecanismos con los que cuenta el Estado para protección de las víctimas funcionen.

A la desidia de un Estado que quita presupuesto a la educación, a los programas de prevención de la violencia de género, a la seguridad de quienes caminamos las calles, platenses y provinciales, debemos agregar en nuestra zona el descuido de los espacios públicos, el abandono pensado, planificado, para hacer de los delitos un caldo de cultivo que permita deshacerse de las personas como si fueran basura.

En La Plata (y en todo el país, valga decir) nos prometieron otra cosa. Puedo hablar por mi ciudad, la que me duele y por la cual trabajo. Hace cuatro años que se pintan cordones de amarillo, que se controla estrictamente si un auto está estacionado a centímetros más o menos de una ochava, que el personal de control se dedica a labrar multas y más multas; que se solicita el aval del Concejo para el cambio de luces a led por cifras millonarias pero sólo para el centro de la ciudad. ¿Qué medidas se han tomado para paliar la inseguridad en la periferia? ¿Sabe el intendente lo complejo e inseguro que es caminar en los barrios cuando la noche se acerca? ¿Tiene una mínima idea de lo que significa para muchas mujeres bajar de un colectivo en Melchor Romero, Abasto, Villa Elisa y chocarse de frente con la oscuridad y los baldíos? ¿Con los basurales que se acumulan en las esquinas y que nadie limpia? También por allí, pasa la impunidad. Por DEJAR DE HACER. Por las prioridades que sumen dinero a las arcas municipales pero no seguridad y protección a nuestros barrios. Por las cámaras de monitoreo que no están. Por la policía local que falta en los sitios en que más se necesita. Por las calles que son intransitables y ante la primera lluvia impiden el paso de patrulleros o ambulancias. La desidia, el abandono, pasan por ahí, también. Y en La Plata, están a la orden del día.

Este es sólo un extracto de una de las notas que vemos diariamente en los portales de noticias locales. Una de tantas que se reproducen por cientos. Los invito a leerla, a repasar el contenido. Y a pensar. A que nos sumemos todos a exigir lo que nos merecemos, que no es más ni menos que caminar seguros, que contar con espacios de ayuda ante situaciones de violencia, que ver cómo la Justicia se hace presente. Es una deuda. Una gran deuda que se lleva vidas. Y a la que DEBEMOS decir basta.

"La mujer había desaparecido hace 14 días y este martes fue hallada cerca el Camino Negro, la vía que une Villa Elisa con Punta Lara, en Ensenada. Los investigadores llegaron hasta el lugar tras analizar las filmaciones del recorrido que realizó con su camioneta la pareja de la odontóloga. Esta desaparición mantuvo en vilo a todo el país durante 14 días. La mujer fue asesinada y enterrada en la ruta que une Villa Elisa y Punta Lara.

La Ruta Provincial 19 -más conocida con el otro nombre- es un trayecto de 7,9 kilómetros, que se extiende desde la bajada de la Autopista La Plata-Buenos Aires en Villa Elisa y la une con Ensenada. Prácticamente en línea recta y paralelo a uno de los brazos del Arroyo Carnaval, que desemboca en Boca Cerrada en Punta Lara, y también de la reserva natural de la vecina ciudad.

"Intransitable": así lo describieron a 0221.com.ar los y las habitantes de la zona. En su mejor momento, supo ser un "atajo" para quienes querían ir de La Plata hasta el balneario ensenadense, uno de los puntos más visitados del Río de La Plata en pleno verano.

De llegar sin inconvenientes a transformarse en una peligrosa pesadilla para los conductores, dado el estado calamitoso del asfalto. La calzada presenta baches enormes, con pastizales y basurales a ambos costados. El camino es estrecho: prácticamente no hay margen de banquina.

A su vez, un vecino aseguró que tampoco hay luminaria en la zona, mientras que las últimas cámaras de seguridad se localizan en la bajada de la autopista en Villa Elisa y en el puesto policial ubicado a tan solo unos pocos metros".

Fuente informativa: 0221.com.ar














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