La edil del Frente Renovador Peronista Virginia Rodríguez presentó ante el Cuerpo Deliberativo, un proyecto de Declaración de Interés Municipal, al cumplirse el Vigésimo Aniversario de la obra de Culminación de la Catedral de la Inmaculada Concepción de nuestra ciudad. El homenaje se dio en el marco de la 17° sesión ordinaria Concejo Deliberante local, y contó con la presencia del Párroco Rector, Vicario General Jorge González y del Arquitecto Guillermo R. García, secretario técnico encargado de las obras de restauración, por parte de la Unidad Ejecutora Edificio Catedral de La Plata.
Con respecto a la iniciativa, la representante massista sostuvo “la finalización de las obras era una deuda pendiente, importantísima no solo para los fieles católicos, sino para una ciudad que fue pensada y trazada de una manera ejemplar hace ya tantos años; la recuperación de este patrimonio histórico marcó un antes y un después, para este símbolo sobre el cual están puestos los ojos de Latinoamérica”.
Por su parte, el arq. García señaló: “Volvemos a reeditar los 25 años de aquel momento en el que un grupo de entusiastas de la Fundación Catedral comenzó con la idea de que había que hacer algo con un templo inconcluso. Un templo que de alguna manera fue uno de los edificios fundacionales de la ciudad que se fundó inconcluso, pero también el lugar de encuentro de la fe católica y esa propuesta dual entre fe y cultura, pudo desarrollarse gracias a ese grupo de entusiastas liderado por ingenieros y obreros”.
Asimismo, García señaló que completar la obra de la Iglesia Catedral fue una idea de aquellos que tuvieron la propuesta de rejerarquización de la ciudad, que tenía que ver con una idea de una ciudad capital (por La Plata) que no podemos perder de vista. En ese esfuerzo de la sociedad toda que aún perdura, recordamos también el año inaugural, 19 de noviembre del 99’, donde se recibe a través de Mons. Primatesta una carta de San Juan Pablo II, se da premio a todos aquellos trabajadores de la UOCRA que acompañaron ese enorme esfuerzo de materializar una obra que se encontraba inconclusa y además pudimos trabajar con tecnología local, empresas locales y el esfuerzo de una ciudad que se mancomunó detrás de esa idea de completar la Catedral.
Ese desarrollo integral del templo, prosiguió García, “nos permitió inspirarnos en Pedro Benoit para hablar de completamiento y seguimos el espíritu de la obra original pensando que era el faro que iluminaba a aquellos inmigrantes que llegaron a la capital. Por otro lado, el agradecimiento es también para todos aquellos que antes trabajaron en el proyecto y aquellos que pusieron su granito de arena acompañados por toda la comunidad, sin importar su clero y su fe, sino que se trató de completar un monumento histórico que es también patrimonio de la Argentina”.
La construcción de la Catedral de La Plata comenzó en 1884, dos años después de que fuera colocada la piedra fundacional de la ciudad. Años más tarde, el templo se convertiría en la catedral neogótica más grande de Sudamérica y en una de las más hermosas del país. Para la construcción de la Ciudad de La Plata se convocó a un concurso internacional donde muchos arquitectos plantearon sus ideas para los edificios de gobierno de la que sería la nueva capital de la provincia de Buenos Aires: el palacio municipal, la casa de Gobierno provincial, y también la Catedral, entre otros. Sin embargo, de todos los diseños propuestos para la construcción del templo, ninguno fue aprobado.
Se le asignaron al ingeniero argentino Pedro Benoit y al arquitecto alemán Ernesto Meyer los proyectos y dibujos de la Catedral de La Plata. Al igual que con los otros edificios de la nueva ciudad, la mano de obra sería -en gran parte- proveniente de Europa.
La Catedral neogótica de La Plata está inspirada en la catedral de Amiens, en Francia, y en la catedral de Colonia, en Alemania. Posee una característica que la diferencia de la mayoría de las catedrales neogóticas: fue construida íntegramente en ladrillos. Se la inauguró en el año 1932 pero sin poder ser completada. La razón de esto fue que los cimientos originales eran incapaces de soportar las torres previstas en el diseño del templo.
En la cripta de la Catedral de La Plata descansan los restos del fundador de La Plata, Dardo Rocha, junto con los de su esposa, Juana Arana.
El nombre de la Catedral de La Plata está inscripto en la Basílica de San Pedro, desde 1994 cuando fue reconocida por El Vaticano como una de las 10 catedrales más importantes del mundo. A partir de 1997 y a instancias de la Fundación Catedral, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires encaró la tarea de terminar los aspectos faltantes del edificio, respetando el proyecto original del ingeniero Pedro Benoit, con el objetivo de concluir la Catedral antes del fin del milenio.
La restauración y completamiento de la Catedral de La Plata comprendieron: la recuperación de paredes, techos y ventanas; el refuerzo de sus cimientos, con el fin de soportar las 2 mil toneladas que se le agregan; y por último la construcción de las dos torres del frente. Estas cuentan con un primer tramo de ladrillos que se extiende hasta los 63 metros de altura, un segundo tramo de 20 metros construido en símil piedra de color blanco, y el último de 30 metros, revestido en cobre.
Por último, y tal como lo estableció el proyecto de Benoit, 57 imágenes religiosas construidas en simil piedra están representadas en el frente, cada una de ellas con una altura que oscila entre los 3 y 4 metros. La mayor de todas está dedicada a la Inmaculada Concepción y está emplazada en el frontón principal del templo.
El carillón de la Catedral de La Plata consta de veinticinco campanas que pesan casi 20 toneladas. Antes de su instalación en la Torre de María, hacia la Avenida 51, a 75 metros de altura, fueron bendecidas por el Arzobispo Monseñor Carlos Galán antes de ser colocadas. Cada campana, afinada en una determinada nota de la escala musical, permite al carillón funcionar como un instrumento en sí mismo; la afinación del conjunto de campanas parte de la tonalidad “la” natural para sonido a carrillón. La más grande de las campanas está dedicada a Su Santidad el Papa Juan Pablo II, tiene una altura de 172 cm. y pesa 3.400 Kg.
El 19 de Noviembre de 1999 alrededor de 150.000 personas asistieron, con profunda admiración e inocultable emoción, a la inauguración de la nueva fachada de la Catedral.
La emoción alcanzó sus picos de mayor altura cuando al promediar el “Aleluya” de Haendel, interpretado por un coro de más de 400 personas y ejecutado por la Orquesta Sinfónica del Teatro Argentino, acompañado también por el sonido del gran campanario, se dispararon los fuegos de artificio que iluminaron aún más el templo.
En nuestra ciudad es una de las atracciones turísticas características por su Arquitectura imponente, de este modo la ciudad de La Plata ha dispuesto un lugar privilegiado para el contacto con la experiencia espiritual, templos, santuarios y espacios para actividades relacionadas con la oración, convierten a la ciudad en un lugar ideal para cultivar la Fe.
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