En los últimos años, ganó terreno en la ciudad la compra de bolsones con frutas y verduras de productores locales. Hoy es tendencia por efecto del aislamiento.

De la huerta al hogar, sin paradas intermedias, los bolsones de verduras del cordón frutihortícola de La Plata llegan a todos los rincones de la ciudad desde hace varios años. Sin embargo, este tiempo de aislamiento consolidó esta forma de consumo.

“Es una modalidad bastante nueva tanto en La Plata como en Capital Federal y el conurbano”, contó a diario Hoy Salvador Vides, de la Asociación Platense de Horticultores independientes. Sobre la génesis de este fenómeno, recordó: “Entre los años 2000 y 2005 tuve mucho contacto con gente de Santa Fe que venía a comprarnos mercadería. Un camionero que se había hecho amigo nos contó sobre una modalidad muy propia de allá: armaban bolsones de frutas y verduras y las exhibían en puestos a la vera de las principales avenidas y accesos. Luego, en reuniones con actores del sector, empecé a proponer la idea de producir para que otras personas vendieran en sus barrios a conocidos y vecinos, dándonos la mano unos a otros. Eso no prosperó en seguida, pero con el tiempo se fue dando”.

Ubicados en la zona de Olmos, Abasto y Etcheverry, la mayoría son productores de la agricultura familiar que trabajan, en promedio, una hectárea por familia. No son dueños de la tierra sino que pagan un alquiler mensual y, en lo que respecta a la producción, están limitados por las condiciones propias de la región y la temporada, es decir, a cuestiones estacionales. De acuerdo al momento del año producen to­mate, pimiento, zapallito, lechugas de todo tipo, acelga, brócoli, puerro, cebolla de verdeo, perejil, apio, remolacha, rabanito, espinaca, be­renjena, repollo, coliflor, alcauciles, habas y arvejas.

Los productores arman los bolsones, que tienen entre 7 y 8 kilos de alimento, de acuerdo al producto de estación: si no hay zapallito ponen choclo o, si no es tiempo de morrón, ponen espinaca o berenjena. “Adaptamos el bolsón”, detalló Vides, que además aseguró que la disponibilidad de frutas y verduras puede variar por cuestiones ajenas a los productores: “A veces puede afectarnos una helada o una peste”.

“Las ventajas que tienen nuestras verduras con las que se consiguen en cualquier verdulería es que las cortamos horas antes de entregarlas. Entonces no solo llegan frescas sino que duran más”, explicó Vides, y agregó: “Además, el bolsón mantiene un precio estable hace un año”. Este factor es fundamental para la planificación de la economía familiar y, también, explica por qué muchos vecinos de la ciudad se volcaron a elegir esta modalidad en el último tiempo.

Cuestión de tiempos

El productor explicó que la paciencia es la base del trabajo. “Por ejemplo, para la cosecha de tomates venimos preparando la tierra desde los primeros días de junio y van a estar para noviembre: lleva medio año la cosecha. La lechuga, por ejemplo, después de que se planta esperamos setenta días para cosecharla”.

or otra parte, Salvador Vides destacó que desde la Asociación Platense de Horticultores independientes “está la voluntad de producir de una manera más sana”. A este respecto, completó: “Estamos en transición hacia la agroecología. No solo es la modalidad más sana para el medio ambiente, sino para la salud del trabajador de la quinta y la salud de los consumidores”.













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